La muerte es la última curva que doblas en la vida. Es inevitable, inexorable y única. No hablamos ni pensamos en ella durante el recorrido, pero se vuelve recurrente cuando los años pasan y su ocurrencia se acerca. Estará allí, al final, y quizá sea mejor considerarla y enfrentarla adecuadamente. Realismo, resignación y porque no un cierto grado de valentía será necesario para cerrar este viaje por el universo. Quizá enmascararla con mucha actividad y sueños también sirva. De nada vale una escena porque no conduciría a nada. Vale estar preparado como Dios espera: con las manos limpias.
Asi debe ser, "con las manos limpias". Pero mientras tanto vamos a esperarla haciendo lo que nos gusta hacer, el runninig.
ResponderEliminarSe le sigue queriendo de gratis.
Miguel from Upstate, NY.
Gracias Miguel!! Un gran abrazo Juanca.
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