Hay un momento en la vida en el que deberíamos sentarnos un momento y meditar el futuro. Que el tiempo no nos tome desprevenidos. Es de mínimo sentido común entender la finitud del viaje y disfrutar parte del mismo de manera particular y excepcional. No percibir esta realidad puede producir un arrepentimiento imposible de remediar. Está lleno de arrepentidos. Equipaje más liviano, vestimenta cómoda, aire fresco, naturaleza, afectos sinceros, hábitos saludables, tranquilidad de espíritu, reconciliar el futuro residual con la realidad de las metas posibles, sentido común, empeño solidario, paz familiar, actividades que reconforten, conexión con nuestros mejores sentimientos. No equivocar el camino y que los últimos kilómetros, inevitables, los podamos vivir de maravilla. Hoy redondear el resultado.
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