Arnulfo Castorena es deportista mexicano, 34 años. Su mamá falleció cuando nació y su padre no se hizo cargo de él. Fue criado por monjas y por su abuela. Algunas escuelas le cerraron las puertas y no lo quisieron recibir. Vendió chicles y pidió dinero en la calle. Pero se levantó y lo imposible lo hizo posible. Su sueño tardó pero hoy es Medallista Olímpico. En Guadalajara 2011 ganó dos medallas de oro, tres de plata y tres de bronce. Hay miles de Arnulfos en el mundo que meten en su camino optimismo contagioso y nos muestran un horizonte sin queja, a transitar con fuerza, ánimo y fe. Gracias a todos ellos por su actitud inspiradora. Ahora veamos que ejemplo podemos dar nosotros.
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