jueves, 20 de noviembre de 2014

El hambre y el trabajo no son ilícitos...


Vemos hace años personas de condición humilde en puestos callejeros, o que no tienen su condición impositiva en regla, que son parte del 40 % de trabajadores informales  y que representan una sociedad de servidumbre encubierta. Sin embargo son nuestros semejantes detrás de los cuales hay pendientes una familia, hijos … padres … enfermos…que esperan de ellos el mínimo diario para comer y vivir. No se trata de desplazarlos, de barrerlos para otro lado. Se trata de ayudarles en sus mínimas necesidades diarias y en darles una posibilidad de futuro. Es una obligación nuestra y un derecho de ellos. El trabajo nunca será un ilícito. El hambre producto de las injusticias tampoco. El gobierno y los sindicatos deberán corregir sus objetivos y ayudarles a salir de esta situación.  

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