La vida tómala con tiempo. Trata de acomodar tus compromisos y actividades de modo que la puedas transitar sin apuros. La urgencia colisiona con tu cerebro y altera el estado anímico de forma preocupante. No puedes levantarte de mañana y salir corriendo. Levántate una hora antes o el tiempo necesario para despertar en paz y sin apuros. Será tu mejor inversión diaria. Trata de estar antes y no después. Tu horizonte cambiará, mejorará tu calidad de vida y al final de la jornada estarás mucho mejor habiendo vivido un día más lento.
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