jueves, 23 de enero de 2014

Energía y ATP.


El ATP (Adenosin trifosfato) es el responsable del aporte energético para las contracciones musculares. Se forma a partir de hidratos de carbono, grasas y de proteínas generando residuos de dióxido de carbono y agua.  En el metabolismo aeróbico el glucógeno muscular (85 % de las reservas) forma la glucosa que genera los ATP en el Ciclo de Krebs. Otro 15 % proviene del glucógeno hepático. Cuando las reservas de glucógeno se agotan el cuerpo utiliza grasas para la formación de ATP, que tienen doble valor energético que los hidratos de carbono. El glucógeno en atletas entrenados y de acuerdo a su alimentación previa puede durar hasta dos horas o más. Luego o se repone o se comienzan a utilizar las grasas como fuente energética. El cuerpo entrenado a menos del 70 % de su umbral anaeróbico “aprende” a utilizar grasas como combustible sin necesidad del glucógeno. Esta es una de las claves para poder trotar durante varias horas sin aportes sugestivos de hidratos de carbono.

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