Cuando empieces a ponerte viejo debes ser autónomo. Trata de no depender de nadie. Ni para comer, ni para trasladarte, ni para resolver todas cuestiones domésticas diarias.
Tus hijos tienen ahora sus propias historias que la más de las veces no les permiten ni atender el teléfono cuando los llamas. Entonces no los llames. Cuando ellos tengan su tiempo e interés ya te llamarán. Tienen sus elevadas ocupaciones ya lo sabes. Déjalos y tu no pierdas la autonomía de la vida para no necesitar de su asistencia. Para esto haz una vida sana. Único remedio y camino.