Detrás de cada jubilado, de cada abuelo y abuela, se teje una historia de vida. Una triste historia que nunca podrá ser revertida. Debemos vivir esta última recta con mil necesidades porque nos han robado historicamente nuestros aportes. Nos es imposible salir de esta situación. Hemos perdido la batalla en esta vida. Solo nos queda creer entre nosotros mismos. Gana la piratería encumbrada en oficinas estelares que junta millones diarios al amparo de gobernantes a quienes hemos votado soñando con salir de esta pobreza. Poderosos indiferentes, insensibles y miserables. No sigan mendigando nuestro voto. Conecten su cerebro con algún sentimiento y actitud reflexiva antes de que sea tarde.
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