Fue tenaz, valiente, sencillo, sabio, severo, optimista, un gran estratega. Nunca conquistó nada, solo liberó naciones y nativos de una opresión mezquina. Esto es lo que lo diferenció y lo sigue diferenciando de los ambiciosos, de los inmorales y de los filibusteros. Renunció a puestos políticos y al poder, rechazó honores, privilegios y recompensas. Puso mil veces en peligro su vida por vos y por mí, por los hermanos chilenos y los hermanos peruanos. Excelente persona, generosa, desinteresada y solidaria. Hoy lo mejor que podemos hacer para recordarlo es refrescar su pensamiento: "Sin esfuerzo nada es posible, ni una simple acción ni una gran hazaña." Solo nos tenemos que dar cuenta y seguir su sendero ejemplar.
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