Vengo a decir que estoy tan lento que a veces lloro de impotencia. Se que tengo que entrenar más duro. Pero tengo amigos de mi edad que son tan rápidos como cualquiera de ustedes. Hoy quiero decirles una cosa a los organizadores: puedo estar lento pero estoy orgulloso de mi salud. Mi médico dice que estoy de maravilla. Puedo correr algunos años más. Quizá esté viejo para ustedes y crean que ya no merezco figurar. Pero voy a hablar en nombre de todos los sexalescentes, hombres y mujeres. Queremos que sepan que no corremos por trofeos, ni remeras, ni medallas. Tampoco les pedimos que nos liberen la carrera aunque podrían hacerlo porque somos jubilados con limitaciones pero orgullosos de estar en cada largada. Solo queremos que nuestros queridos amigos del correr sepan que nunca es tarde, que nunca hay que dejar de soñar y que nunca hay que rendirse. Y que ustedes también lo entiendan. Revean las categorías de cinco en cinco. Aunque haya un solo corredor valdrá la pena dejarlo subir.
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