viernes, 10 de mayo de 2019

Recuerdo...

Hace 8 años corría mi primer 21 k en Rosario. No me reconforta mi condición de corredor que no tengo. Me reconforta saber que el esfuerzo vale la pena y que nunca es tarde, pero depende de uno. Que estar allí y en los siguientes k21 significaron muchos kilómetros, dormir y comer en mi camioneta para poder correrlas. Significaron miedos y dudas pero alegrías inmensas al terminarlas. Saber que los ejemplos de tenacidad pueden ser importantes para otros amigos. Fue la gran oportunidad en mi vida este giro de recorrerla de otra manera tan saludable. Me permitió sumar un patrimonio enorme que no se compra, ni se gasta ni se pierde: el afecto de cientos de amigas y amigos. Esto no tiene precio y será mi mejor herencia. Ya vendrá la vida a poner las cosas en otro lugar pero mientras tanto aquí voy con todos mis caracues y sueños en orden.



No hay comentarios:

Publicar un comentario