Se había votado deponer al Virrey, pero el Cabildo dio un golpe nombrándolo para que presida la junta. Fue inadmisible para los patriotas que aplaudieron a Belgrano que expresó : “¡Juro a la patria y a mis compañeros que si a las tres de la tarde del día de mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por las ventanas de la fortaleza!”
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