Puedes errar el camino por error propio o por errores ajenos. En el primer caso Dios y tu conciencia dirán lo suyo. Pero en el segundo la tristeza no tendrá fin. Ha pasado en carreras sin señalizar correctamente de no saber por donde seguir y terminar en los tomates.Me ha pasado a mi y a muchos amigos. Quedas incrédulo, enojado, triste, mezcla de sentimientos encontrados por una circunstancia que para los mortales comunes no es significativa. Un corredor compite consigo mismo y perder consigo mismo es lo peor que le puede pasar en sus sentimientos. Ya no sirven las disculpas de la organización para calmarse. El evento es irreversible. Queda allí clavado imposible de resolver. Los organizadores deben tomar a los corredores como gente que se ha tomado muy en serio el participar. Participar de una actividad que les resulta costosa en todo sentido y en la que tranquean con pura inocencia.
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