Supérate. Divide por dos tus deseos y aumenta por uno y un poquito tus objetivos. Es una forma de manejar la voluntad. Tus objetivos debes plantearlos permanentes, olvídate de plazos. Mira para el futuro, mira el horizonte y que este propósito te acompañe allí, a tu lado, sin traumas ni espectacularidades. Esto es... cambia de a poco tus hábitos y que ellos, los nuevos, te ayuden. Tu actividad física siempre un poco más. Tu alimentación siempre un poco mejor. Toda vez que puedas aprieta los dientes y algo más, o más tiempo, o más distancia, o más intensidad, o más variedad. Inventa un nuevo y pequeño esfuerzo. Todo cambiará para bien en tu vida. Y...no cuesta nada y es bueno para propios y extraños : todos los días una pequeña inspiración solidaria.
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