sábado, 31 de agosto de 2013
Aquiles y la tortuga.
La paradoja de Aquiles corriendo tras la tortuga es una de las
más clásicas y famosas paradojas de Zenón.
Este griego filósofo pretendía demostrar que todo lo que
percibimos en el mundo es ilusorio, y que cosas como el
movimiento eran simplemente ilusiones y no realidades.
Lo cual no deja de ser un punto de vista original, incluso para
un griego filósofo. Para demostrarlo ideó una serie de paradojas
que “mostraban” que el movimiento no existía, que todas las
distancias son infinitas, que no existe el tiempo… La paradoja
de Aquiles y la tortuga consiste en una imaginaria carrera.
Uno de los contrincantes (Aquiles) era el más hábil de los
guerreros aqueos, y vencedor de mil batallas. Era un superhombre
casi invencible, y apodado “el de los pies ligeros”. El otro contrincante
(la tortuga) es un ser por todos conocido, de proverbial lentitud
y bien cachazudo. Dado que Aquiles es mucho más rápido que
la tortuga (supuestamente) antes de empezar decide darle un estadio
de ventaja, y tras dárselo, se da el pistoletazo de salida
(o se suena un cuerno, ya que en esos tiempos no existían las pistolas,
afortunadamente para muchos).
Rápidamente Aquiles atraviesa ese estadio de ventaja hasta llegar
al punto en el que estaba la tortuga. Ésta, de un insospechado
espíritu competitivo, se había desplazado unos cuantos pasos hacia
adelante. Así que Aquiles, atónito (no era muy listo) pero confiado
en su enorme poderío físico, decide cruzar ese puñado de pasos, hasta
llegar de nuevo a donde estaba la tortuga. De nuevo ella
¡se ha vuelto a mover! Se ve que el quelónido no tiene buen perder
y Aquiles de nuevo, con renovados bríos, recorre velozmente esos
centímetros que le separan del punto donde estaba la tortuga,
la cual de nuevo… ¿se lo imaginan? ¡Efectivamente! La encontramos un poquito más adelante…
Y argumentaba Zenón con mucha razón que así podíamos seguir
hasta el infinito, y que Aquiles jamásalcanzará a la tortuga. Y por tanto
cuando vemos a un Aquiles alcanzando a una tortuga
(¿quién no ve todos los días uno o dos?) es simplemente una ilusión.
¿En dónde se equivoca Zenón? En realidad no podemos decir que
se equivoque (¿vivimos en Matrix? no se sabe), pero lo que está claro
es que su argumento no demuestra nada: una suma de infinitos términos
puede dar un resultado finito. Pero esto no se puso sobre el papel
hasta que Leibniz, que era un tipo realmente listo, inventó el
cálculo infinitesimal.
Así que si Aquiles recorre 1 estadio en un minuto y la tortuga
1/10 de estadio en el mismo tiempo, Aquiles recorrerá 1+
(¡caramba, se ha movido!) 1/10 + (¡otra vez!¡le ha dado tiempo
a moverse!) 1/100+ (¡again! bueno, en griego) 1/1000
…etc: 1+1/10+1/100+1/1000+...= ¿cuánto? Desde luego
esta suma no da una distancia infinita que requiere infinito tiempo
recorrer, sino una distancia concreta: 1,111111111… estadios.
Y eso Aquiles se lo hace con la gorra en un minuto y pico (1,111…),
la tortuga no tiene nada que hacer.
Pero se admiten apuestas, claro…
Fuente : http://www.xatakaciencia.com/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario