El 17 de julio de 1999 dejé de fumar aterrorizado porque me habían diagnosticado un pólipo maligno en la vejiga. El daño que provoca el cigarrillo es irreversible. Tanto si termina con la vida provocando un cáncer, como si produce una disminución de la capacidad pulmonar. Cada cigarrillo nos consume un poco. Por haber fumado mi capacidad de función pulmonar era de un 76 %. Hoy repetí el estudio y ahora es del 61 %. Por mucho que corra y que me esfuerce no mejora. Solo progresa el deterioro con la edad. Lo perdido es irrecuperable. Dejarlo es posible. La vida vale la pena. No la pierdas. Hazte un regalo de fin de año. Felicidades.
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