que te vuelves indiferente, impasible. Ya no luchas por tu postura, te amigas contigo y eres prioridad. Llega un gran silencio. Quizás sea la soledad en que vas quedando, quizás que ya no reconozcan tus andares, ni tu presencia, quizás que ya no haces falta, quizás porque ya no conoces a los que cruzas, quizás que no quieres más discusiones...vaya a saber por cuantas razones te das la mano con una soledad que te acompaña, que antes no tenías y que ahorahasta disfrutaras. Parece irremediable este andar solitario. Aunque algunos vayan con su mejor amigo. Quizás te dejes solo para que camines en paz esta última curva. Aunque sabemos que todos tienen sus propias ocupaciones y sueños en los que ya hay poco lugar. El tiempo es inexorable. Llega el día que te debes pedir a ti mismo y caminar en paz con tu presente y con tu futuro. Somos la generación que se va. Como dice la Sátira de Juvenal, debemos orar que se nos conceda una mente y un cuerpo sano, un alma fuerte que no tenga miedo a la muerte y saber que la virtud es el único camino para una vida tranquila. Y que al final está virtud sea la mejor herencia que podemos dejar. Una herencia que no será discutida y no podrá dividirse. Es de todos y no es de nadie. Abrazo Juanca.

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