Detrás de cada jubilado, de cada abuelo y abuela, se teje una historia de vida. Una triste historia que ya no podrá ser revertida. Debemos vivir esta última recta con mil necesidades porque nos han robado nuestros aportes. Hemos perdido la batalla en esta vida. Ganan los piratas encumbrados en oficinas estelares con privilegios inmorales a quienes hemos votado soñando con que nos saquen de esta pobreza y que acumulan millones al amparo de una justicia genuflexa. Como diría Galeano soñamos las pulgas con comprarnos un perro. O que quizá venga un Mesías antes de irnos y conecte algún cerebro con su corazón como Dios quiso. Corruptos poderosos, procesados, condenados, ladrones, indiferentes, insensibles, miserables.
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