Es mejor educar bien que ir por la cómoda de no educar. Es infinitamente mas sencillo el futuro de las relaciones si nos tomamos el trabajo desde un principio de corregir. Lo tendremos que repetir algunas veces pero no renegaremos ni pasaremos vergüenza como padres. Los hábitos malos se instalan muy rápido. Quizá es más fácil se instalen los malos que los buenos pero si logramos que la conducta se forme en el futuro todo trato será sencillo, cordial y civilizado. El mejor favor que podemos hacerle a nuestros hijos es la buena educación...y a nosotros mismos. Con más razón si somos personas públicas. Juanca.
Eva Ballestero. Inspectora Anses.
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