Muchas veces en la vida nos embarga una gran tristeza que provoca una angustia imposible de contener. Este maldito covito chino nos pone al borde, nos sensibiliza, nos angustia por lo que nos enfrenta y lo que ignoramos que nos espera. No retengas tu tristeza, no reprimas tu llanto. Déjalo correr hasta que pase de a poco. Es un calmante natural que ponemos en marcha para tratar de normalizar nuestro ánimo alterado y apenado. Si la tristeza y la angustia la llevamos a llorar un poco y todo estará mejor. Ten calma. Todo estará bien y volveremos a estar juntos.
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