Todos tenemos los mismos derechos. Las personas con discapacidad necesitan salir adelante y superar lo que les pasa y toca en la vida. Ellos y sus familias luchan por desenvolverse en una sociedad muy poco accesible donde las barreras físicas, la indiferencia y la falta de sensibilidad son más dolorosas que la propia discapacidad. Luchan porque se respeten sus derechos y las leyes que los amparan, para que las personas no los usen por circunstancias políticas, para que se entienda que no tener un sentido o no poder caminar no los limita como personas. Sería un buen ejercicio ponerse todos los días en su lugar, abrir nuestros sentidos, nuestro corazón y conectarnos con ellos como Dios manda. No herir su discapacidad es de buenas personas. Hoy más afecto y cariño. Hoy debemos cuidarlos del maldito covito chino mas que a nadie.
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