Corredores de a pie.

Tienen hábitos solitarios aunque muchos entrenan en grupo. Se los ve trotando en los lugares más insólitos. Tienen voluntad admirable para levantarse temprano, muchas veces a oscuras. Son persistentes. Son muy disciplinados aunque saben que a casi nadie le importa lo que hacen. Reparten y reciben afecto entre sus compañeros de ruta. Compiten, se ganan a si mismos, pican a la par del desconocido los últimos metros, pero pasaron la meta y se abrazan felices. Se reconocen de lejos. Cada uno admira a su amigo. Todos saben el esfuerzo que hace. Tienen paciencia infinita en cada carrera. Paciencia y estado físico: su salud es envidiable. La construyeron durante mucho tiempo. Porque saben de progresión, hábitos saludables y mucho afecto. En cierto modo son virtuosos de la vida. Son corredores de a pie.