Los payasitos en barras paralelas tienen mucho que decirnos... Ellos representan, silenciosamente, la actividad física, la diversión, la magia del movimiento y el afecto. Cuando los dejas allí arriba siempre que pases lo saludas, le hablas de tus cosas y escuchas las de él, le das unas vueltitas para ver que viven como nosotros y nos alegran el momento. Construirlos es una cuestión fantástica y maravillosa porque requieren de trabajo y en cada momento estamos con los mejores pensamientos para quienes lo recibirán, y se pintan de afecto y deseos, y de corazón se los lleva a quienes de una u otra forma nos han conmovido por alguna razón en la vida. Es una forma de estar donde no podemos estar, una manera de saber que un instante brillará la alegría y la luz en cada pensamiento.
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