El intercambio de opiniones y la palabra han permitido la evolución. La interacción de conocimientos y la posibilidad de transferirlos nos hace particulares. Las formas de comunicarnos han evolucionado. Aquí y ahora tenemos herramientas impensadas y que seguramente en los próximos años serán otra vez obsoletas. La telefonía celular e Internet son dos exponentes fantásticos que han permitido conectarnos sin importar el lugar ni ubicación del emisario y del receptor. Esto nos ha hecho amigos, ha permitido conocer idiosincrasias distintas a las nuestras, idiomas, personalidades y ha posibilitado instalarnos en el universo. De la telegrafía sin hilos y la correspondencia escrita que tardaba meses, hemos pasado a la inmediatez. Saludemos y festejemos los avances tecnológicos. Sepamos convivir con ellos metiendo sentido común, buenos modales y educación en nuestras expresiones y actitudes.
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