Debemos refrescar nuestro horizonte y saber que en el mundo hay personas maravillosas que no conocemos, que están allí tutelando a hermanas y hermanos que precisan una mano, un hombro donde apoyarse día a día. Personas que tienen tan buen corazón y tanta sensibilidad empujando los sueños de quienes precisan que abruma y emociona despertarse una mañana y encontrarlos en la ruta de la vida. Cristalinos, puros, en una sociedad quebrada en muchos sentidos. Los solidarios son una apertura al mundo que muestran en cada recta que no se puede dejar a nadie sin sus sueños ni permitirles que se rindan. Ayudar a la comunidad con disminuciones de todo tipo para que brillen en la vida es un privilegio porque es un camino que va y viene. Gracias a todos los que la hacen posible. Ayudar es un privilegio... Para quienes quieren verlo y pueden hacerlo.
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