Hoy tomé un taxi para que me
llevara hasta una población pequeña a 24 km de mi domicilio, para hacer esa
distancia trotando en un desafío personal que he llamado Uniendo Pueblos. Se
sorprendió el conductor verme subir equipado para trotar y con la mochila de
hidratación. Más aún cuando le indiqué el destino y el propósito. Me hizo
muchas preguntas claro. Porqué lo hacía, cuanto tardaba y otras cosas. Entre
tanto dice:
- Mi cardiólogo me ha dicho
que camine. Yo no podría ni caminar tres cuadras…
- Claro le respondí, tiene
razón, usted debería caminar amigo. Una hora por día le haría infinitamente
bien a su salud.
- Sabe que pasa…yo no puedo.
Mi trabajo no me lo permite.
- Mire amigo, la salud se
construye de a poco todos los días. Una hora que usted le dedique no es nada
comparado el beneficio que tendrá…
- No señor, yo no puedo
parar, mire tuve que comprar una cremallera nueva, dos mil pesos…
- Pero sabe – seguí
insistiendo – lo que puede costarle más adelante internarse por problemas de
salud, otra que la cremallera…
- Si tiene razón. Pero no
puedo.
Terminó el viaje, yo me volví
trotando, disfrutando de mis posibilidades y el sentado con sus “no puedo”. Lo
que no pueden es querer… ni ver que si no cuidan su salud se quedarán sin ella,
sin auto y harán un poco más rico a un sanatorio.
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