miércoles, 3 de noviembre de 2021

Ganaron todos...

 Hace algunos años, en las olimpiadas especiales de Seattle, cinco niños participantes se alinearon para la salida de la carrera de cien metros. A la señal, todos partieron a fondo para ganarla. Todos, excepto un niño que tropezó, cayó y comenzó a llorar. Los otros escucharon el llanto y pararon la carrera. Vieron al amigo en el suelo y regresaron: TODOS. Una de las niñas, con síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo: “Listo, ahora vas a ganar”. Y todos, los cinco entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada. Todo el público lloró de emoción. Los aplausos duraron largos minutos y la historia perdura hasta hoy. Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar, es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo. Porque el verdadero sentido de esta vida no es que cada uno de nosotros gane en forma individual sino que todos ganemos hermanados.



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