Nada perdurará con mayor brillo que el ejemplo que podamos haber dado en nuestro andar. En la familia, en nuestros hijos y entre nuestras amistades. Ningún bien material que acumulemos tendrá valor al final. Solo tiene valor inmenso lo que no puede comprar nadie con dinero. Estas inspiraciones ejemplares, aun mínimas, nos permitirán brillar en la vida. Cuando no estemos nuestros hijos mirarán si nuestras manos estaban limpias. No llenas. La mejor regla de conducta es la honestidad. La mejor herencia el ejemplo. Aunque hay quienes en un último intento de reparar sus desvíos llegan tarde y mal.
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