El abuso sexual es el más difundido, imperdonable situación que nos aflige. Sin embargo existen muchos otros tipos de abusos. Abusos hacia los niños, explícitos cuando se les castiga, implícitos cuando los responsables, sus padres o el Estado, no les proveen lo mínimo para un desarrollo armonioso con el resto de la sociedad. Abusos hacia los ancianos que son arrumbados en algún asilo. Abusos miserables de los gobiernos con los jubilados que los han condenado a la indigencia. Maltrato a los enfermos abandonados a su suerte. Maltrato hacia los hombres cuando son denostados o menospreciados en sus actividades o forma de ser. Maltrato con las discapacidades. El abuso es necesario recolocarlo en su carácter universal, sacudirnos la modorra que nos invade haciéndonos indiferentes y ponernos en marcha para meterlo en caja.
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