Hay personas que por su edad se conmoverán más que otras. Hay edades en las que no se piensa en la última curva. Son solo rectas y estas en general brillan, y aunque cada uno sabrá sacarle lustre para que brille, es una etapa de la vida maravillosa. Luego vienen los años donde el final es una realidad que miramos seguido, de reojo, pero lo miramos. Y aquí el valor de la reflexión. Como tranquear estos años...con que actitud, que ejemplo válido podemos dejar, que podemos hacer en bien de nuestros hermanos...Porque al final es lo que valdrá en tu último metro. Solamente puedes llevarte el que te hayan querido y que por un momento extrañarán tu ausencia, porque has sido buena persona, buen padre, buen deportista, solidario con quien necesita de tu mano. Reflexionemos.
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