... que en paz descanses amigo. Vengo aquí en nombre de todos los jubilados a decir que nos han robado no solo el dinero sino los sentimientos. Digo que cada vida es una maravilla que debe cuidarse y honrarse. Este amigo que tanto bien ha hecho a sus pacientes en tanta vida, al final de ella ha quedado solo. Nada tiene que ver su jubilación con que lo llevaban a Bs. As. para meterlo en un geriátrico. Nada tiene que ver su monto con la soledad evidente con la que se ha encontrado al final de la vida y de la cual el sistema no tiene respuesta. Ni el sistema ni la familia. Nada tiene que ver con este querido amigo la burocracia infinita de un organismo que nos hace sentir vergüenza de la edad y la circunstancia cuando deberían tratarnos con cariño y respeto. Y aún si nadie se sintiera culpable yo puedo aseverar en carne propia de las injusticias a que nos someten, del robo del dinero que hemos aportado y de los sentimientos que nos quedan. De estos, de aquellos, de los de más atrás, de todos. Brutezas de ladrones.
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