El 70 % de la longevidad se atribuye a modos de vida saludables. Los estímulos sociales, la salud física y espiritual, la integración social, la alimentación saludable, la actividad física, la ausencia de adicciones perniciosas, el tener sueños realizables, y otros estilos de vida que rejuvenecen son los que logran mantener en forma un cuerpo y la mente después de los ochenta años. Este aumento en la esperanza de vida que no se podía imaginar algunas décadas atrás, debe construirse día a día. La cuarta edad no existe. Solo existe el tiempo que va pasando. Depende de cada uno prepararse para disfrutarla y no sufrirla.
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