Hay personas que por su edad se conmoverán más que otros con mi relato. Hay edades en las que no se piensa en el última curva. Solo son rectas y estas en general brillan, y cada uno sabrá sacarle lustre para que brille. Es una etapa de la vida maravillosa. Luego vienen los años donde el final es inexorable, una realidad que miramos, de reojo, pero la miramos. Y aquí el valor de la pregunta. Como caminar estos años...con que actitud, que ejemplo válido podemos dejar, que podemos hacer en bien de nuestros hermanos...Porque al final es lo que valdrá en el último metro. Solamente puedes llevarte el que te hayan querido y que por un momento extrañarán tu ausencia. Porque has sido buena persona, buen padre, solidario con quien necesita de tu mano. Y para que esto ocurra hace falta sentido común y realismo de que allí en el horizonte vendrá esa curva que finalmente no puedas doblar. Yo trato de que el mundo quieto se mueva, que cuiden su salud, que el mundo indiferente sea solidario, que el mundo avaro suelte una moneda. Que nuestros últimos años traten de ser maravillosos. Si estás cerca como yo, te invito a compartir estos empeños hasta que llegue la última curva. Abrazo Juanca.
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