Hay muchos hermanos y hermanas que van a estar solos esta Navidad. Hay quienes no tendrán nada para festejar. Pequeños a la deriva, merenderos, sanatorios, hospitales, geriátricos, enfermos, abuelos, vecinos, jubilados contra las cuerdas, amigos que están sin familia...Podríamos dar una vuelta, ver si sus corazones aún laten, darles un abrazo, charlar un momento, dejarles afecto, cariño, quizá tocarnos el bolsillo y dejarles para iluminarles su andar. Tenemos el privilegio de poder hacerlo. Un minuto puede dar vida y alegría. Un poco para quien no tiene es mucho. Felices fiestas para todos.
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