El pie es una bisagra con el suelo que soporta el cuerpo, permite la locomoción, acomoda los desniveles y los equilibra. El calzado no permite que el pie se adapte, impide el buen funcionamiento y no amortigua naturalmente. Esto genera problemas en el pie, en los tobillos, en las rodillas, las caderas, la espalda y el cuello. La amortiguación del calzado solo crea desequilibrios, y estos, lesiones. Andar descalzo mejora los problemas de circulación y otras funciones por estimulación de los puntos de reflexologia de la planta del pie. Tratemos de andar descalzos en nuestro hogar o en lugares que lo permiten. Poco a poco se recuperaran las funciones del pie. No debemos tener miedo y veremos con los días que se convierte en un placer. La planta del pie lee las superficies y recibe la orden de como funcionar. El calzado atrofia. Andar descalzo alivia y sana.
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