El primer nacimiento en las Islas Malvinas fue de Matilde Vernet y Sàez el 5 de febrero de 1830, hija de Luis María Vernet y María Sáez. Aunque se bautizó Matilde, toda la vida la llamaron Malvina. Ellos en 1829 habían viajado a las Islas. Vernet había sido designado Comandante Militar. Al recordar estas circunstancias podríamos hacer un llamado a la reflexión sobre el modo y las formas de resolver su recuperación. No se logra con sangre y fuego. Tampoco con prepotencia verbal, aislamientos de sus habitantes, cercos comerciales, impedimentos de vuelos y alardes innecesarios. La buena voluntad nuestra hacia sus ahora habitantes, extender la mano, ofrecer solidaridad ante eventos inesperados, crear condiciones de contactos sinceros y fraternos, hablar bien de ellos que son una circunstancia en la historia como nosotros también, es la forma civilizada de iniciar un largo camino de comunión que podría con respeto y altura lograr compartirlas al menos y sentirnos parte de lo que nos fue ocupado en 1832.